Esto es exactamente a lo que se dedica mi amigo Tomás cuando asistimos a reuniones que superan la media hora. No se puede estar quieto y por más que intentamos controlarle, el tipo nos hace un gasto de tinta que no es normal. Y además no está atento y no deja que estemos atentos los demás.
Envidiado Tomás, la próxima vez que nos quieras ofrecer una visión «frikilongui» del Capitán Alatriste respeta un poco a los que no podemos ni sabemos ornamentar nuestros tristes apuntes que después estudiamos en el silencio (a veces) de nuestros despachos.
De todas formas tiene fácil solución: currate algo para este triste blog y para deleite del personal que lo visita, mmmbre!.
Para corroborar lo que digo podéis ver también la producción audiovisual de este ilustrador que anda suelto por Salamanca y que tiene mucho pero que mucho peligro. Qué grande eres Tomasín!
Oye, ¡que yo sí atiendo! ¡Y me entero de todo! Parece mentira que un tío como tú no esté al tanto del concepto de «multitarea».
Un abrazo, tío, eres grande.